Volumen 37 | Número 2 | Marzo/Abril 2009

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El Estado Orwelliano de los Últimos Tiempos y la Rectitud Política: Una Preparación Primaria del Anticristo – 2da. Parte


By Dr. H. T. Spence

En nuestro artículo anterior de Inmediatamente, presentamos el trasfondo histórico y filosófico de la búsqueda de la “utopia” humana por hombres tales como Caín, Nimrod, y tiempo después, Platón en su obra la República. En los últimos cuatrocientos años, ha existido una proclividad filosófica e ideológica de dominar al pueblo en dirección de la dependencia sobre, no solo el gobierno controlado por el estado, sino también, eventualmente, en dirección a uno global. El siglo XX trajo los poderes del socialismo y del comunismo al primer plano en muchos países; estos países fueron gobernados a través de la voluntad de un individuo o de una elite, un cuerpo de gobernadores todo-poderosos. Escritos literarios, de manera creciente han llamado a toda la humanidad a someterse a su unidad social, al gobierno, o al Estado. Varios de estos escritos literarios se han convertido en el esquema para aquello que hoy en día estamos confrontando, como se evidencia en la siempre-creciente sumisión de los ciudadanos hacía un control Federal más grande, en nuestro propio país. Tal modo de ver las cosas comenzó en los días previos a la Guerra Civil, cuando los poderes Federales presionaron para derrotar y controlar los derechos y poderes del estado del individuo. Hoy en día se puede observar este poder gobernante opresivo a través de numerosos incidentes del gobierno Federal volviendo a colocar en la cortes del sistema “federal” lo que el estado individual ya ha aprobado.

Cuando Platón escribió la República, algunos críticos declararon que el hombre no habría de tolerar tal control de sus vidas; ellos también observaron que la única manera de que un gobierno como ese pudiera tener éxito, habría de requerir de engaño o de fuerza. El Comunismo ha utilizado ambas tácticas en su conquista de otras naciones y de sus gobiernos. Cuando el engaño ha fallado, entonces ellos han forzado sus propias creencias filosóficas sobre la gente. Hoy en día, para ayudar a que Estados Unidos esté bajo el control de Washington, la treta de la “rectitud política” manipulativa se ha convertido en el arma agresiva que ha infiltrado cada faceta de la sociedad. Nos encontramos en el umbral de tal “rectitud política” presionándonos y moldeándonos para un venidero gobierno mundial, por un hombre al cual la Biblia llama Anticristo.

En Filosofía, el término que designa a éste poder centralizado que gobierna y controla a la gente es llamado el Estado. Consideremos brevemente al Estado en la Filosofía.

La Sutil Filosofía del Control

El filósofo alemán Georg Hegel (1770–1831) enseñó que la razón universal alcanza su máxima elevación en una sociedad de individuos libres, cada uno subordinando su razón individual bajo la razón universal. Según la manera de pensar de Hegel, si el individuo vive por sí solo y ejercita su propia mente, no está libre. Únicamente cuando él se mezcla con el grupo es cuando él alcanza la verdadera libertad. Hegel sostuvo que la historia ha estado luchando a través de todo el tiempo hacia la realización de un estado perfecto, un estado en el cual cada miembro de mezcla de tal manera con el todo que la voluntad del todo llegar a ser su voluntad. Para Hegel, existe una razón universal que necesita ser descubierta a través de toda la historia. Se ve a este tipo de razonamiento trabajando en alguna sociedad, y luego cambia a otro. Así que, cuando una sociedad destruye o conquista a otra sociedad, esta razón universal cambia a otro grupo y continúa mostrándose a sí misma. El conquistador se convierte en el agente de esta razón universal. Entonces, la guerra se justifica en la mente de Hegel porque esta es el medio por el cual se llega al progreso.

Los planificadores comunistas Karl Marx (1818–1883) y Ferdinand Lassalle (1825-1864), junto con otros socialistas anteriores a ellos, tomaron ciertas creencias de Hegel, especialmente la idea de que el cambio no es otra cosa que el camino a cosas mejores. (Este ha sido el clamor de nuestra actual Administración en Washington). Ellos sostenían que un tipo de sociedad que parecía buena en algún tiempo, en algún momento de manera inevitable diere lugar a otra que pudiera ser mejor; en esencia, una síntesis de cosas opuestas. Así que, una sociedad basada en propiedad privada daría camino a una sociedad en donde el socialismo fuese lo supremo. Ellos vieron en Hegel una justificación para una nueva sociedad, la cual ellos deseaban.

Cuando Friedrich Nietzsche (1844-1900) llegó a la prominencia en filosofía, no le dio cabida ni a la igualdad ni a cualquier otra cosa que le sugiriese democracia, y menos por una República. La “voluntad para poder” fue su idea dominante. En la lucha del universo, se expresa esta voluntad para poder; y la más poderosa de las voluntades gana y tiene el derecho de ganar. Si otros son débiles y no son capaces de sobrevivir, eso es bueno, ya que el débil debía ser destruido para darle lugar al fuerte. Él reconoció las diferencias entre los hombres y creyó que tales diferencias debían ser magnificadas. Los más poderosos debían gobernar, y los débiles debían ser gobernados. La esclavitud le parecía algo perfectamente natural a Nietzsche; y él contendía con el hecho que las mujeres, siendo más débiles que los hombres, no podían esperar tener los mismos derechos que los hombres. Así que, él repudió todo aquello que había sido apoyado por la larga línea de filósofos cuyo constante tema había sido la igualdad de todos los hombres y el derecho de todos los hombres de compartir todos los bienes de la sociedad en igualdad. Para Nietzsche, la sociedad es meramente un campo en el cual el fuerte tiene la oportunidad de demostrar su fortaleza y ganar sus recompensas, mientras que los débiles son derrotados y arrastrados del campo de batalla para deshacerse de ellos completamente. Para él, ya que la desigualdad es una característica de la naturaleza y del estado natural del hombre, no es natural el reemplazarla con una igualdad forzada. Este enfoque fue verdaderamente la elevación filosófica de la evolución.

Existen aquellos, desde Platón hasta Nietzsche, que sostienen la creencia de que la desigualdad es el estado natural del hombre. Aquí cada miembro del estado debe tomar su propio lugar en la estructura social. Estos hombres argumentan que es perfectamente correcto y natural el hecho que algunos hombres gobiernen y otros sean gobernados — y que los gobernados no debían cuestionar los hechos de los gobernadores. Tales escritores desdeñan la democracia, socialismo, y todos los demás sistemas de igualdad humana y libertad. Platón miró a la democracia como la puerta abierta hacia la anarquía. El habría de preferir a un rey-filósofo como gobernador y todos los demás en sus lugares correctos en un sistema estrictamente organizado. Hegel llevó esta idea un paso más adelante cuando él sostenía que ciertos estados o grupos de individuos eran por naturaleza superiores a otros, y por ello, ellos debían gobernar. Esto, por supuesto, es el punto de vista básico de todos los sistemas totalitaristas de gobierno. Hegel declaró que únicamente cuando el individuo se mezcla a si mismo con el grupo será cuando alcance su verdadera libertad. La historia ha estado esforzándose a través de los tiempos para la realización del estado perfecto, un estado en el cual el individuo se mezcle a sí mismo con el todo hasta que la voluntad del grupo venga a ser su propia voluntad. El sistema Hegeliano fue adoptado por el estado Prusiano, un antiguo estado del norte de Europa, que se convirtió en militar en el siglo XVIII; este estado eventualmente formó el imperio Alemán actual. Muchos pensadores Prusianos sostuvieron que el estado Prusiano estaba destinado a llevar hacia delante la realización de la razón universal a través de su eventual conquista del mundo.

La Educación Necesaria para el Control

Los escritos de Jean Jacques Rousseau (1712-1778) son al extremo del énfasis social en educación. El sostuvo que la sociedad pervertía al niño y que la influencia de esta era totalmente maligna. Como consecuencia de ello, el abogaba por proteger al niño de la sociedad hasta que estuviera completamente desarrollado al grado que la sociedad no pudiera destruir su naturaleza interna. En su famoso libro Emilio (Emile), Rousseau bosqueja la educación de un muchacho de tal manera que la educación es natural y espontánea. Emilio, el héroe de la historia, se le permite desarrollarse de acuerdo a su propia naturaleza, sin que nadie interfiera. La educación es protectora, es una manera de colocar un escudo de protección para el niño de la influencia de la sociedad (y la religión) lo cual pervierte el crecimiento natural de su verdadero yo. Él creía que el niño debía ser habilitado para hacer todo lo que quisiera hacer, sin ninguna restricción moral— que él no debía ser enseñado en la cosas de Dios, de la Biblia, de moralidad, o de cualquier cosa básica de la sociedad. Él debía tener libertad para hacer todo lo que él quiera: libertad era la palabra clave de Rousseau. De esto fue que nacieron las escuelas “niño-céntricas”. Toda instrucción comenzó con aquellas cosas en las cuales el niño estaba interesado, y continuaba en ellas tanto como sus intereses crecían.

Los educadores han apoyado diferentes presuposiciones con respecto a la educación. Sin embargo, generalmente ellos caen dentro de dos principios fundamentales: el control de la sociedad o el control de la naturaleza sobre el niño. ¿Cuál de ellos debe dominar? ¿Acaso debe la educación ser un asunto para edificar ciudadanos de acuerdo a un patrón socialmente aceptado y determinado? ¿O debe esta ser un seguimiento de la naturaleza interna del niño? Aquí, de nuevo, el problema fue cuán grande en edad fuera la persona y el grupo. ¿Cuál debe dominar? Cualquiera que fuese el fundamento ideológico, ambos estaban fuertemente en contra de la religión y de que fuese enseñado al niño acerca del concepto de Dios.

Johann Gottlieb Fichte (1762-1814) estudió la educación desde el punto de vista del estado. Durante la ocupación Francesa de Berlín en 1808, uno de los momentos más obscuros en la vida del estado Prussiano, él se levantó para entregar sus famosos Discursos para la Nación Alemana. En estos discursos, él argumentaba a favor de la unidad de grupo y solidaridad social con el propósito de crear una nación nueva y fuerte. Como base de esta unidad, él defendía un sistema fuerte de educación la cual moldeara la gente en dirección de un todo. La educación, para él, era el medio para edificar una nación, un estado, y una población moldeada a los ideales del Estado.

En contraste, Wilhelm August Froebel (1782-1852) creyó firmemente que la naturaleza del niño era buena y que debía ser permitida que creciera naturalmente. La educación para él, era un proceso de permitir y hacer posible este crecimiento natural del niño. Froebel fue aun más allá que Rousseau al declarar que le niño no solamente era un individuo sino también un miembro del grupo. Los niños debían ser educados para que aceptaran los valores de la sociedad.

Hoy en día, se cree que el Estado debe tener absoluto control sobre toda la educación y que el propósito fundamental de la educación es entrenar y moldear individuos para el servicio y sumisión ante el Estado. Todo el sistema educacional totalitariano en Alemania, Italia, y otros estados totalitarianos es de esta naturaleza. Es completamente controlado por el Estado, y no se le permite a ninguno que haga o que enseñe cualquier cosa excepto aquello que contribuirá a la edificación de ciudadanos que devotamente servirán al estado en obediencia bajo la voluntad de su gobernador.

Continuamos siendo testigos de los poderes del gobierno Federal incrementando su control sobre la educación en tal proporción que nosotros podríamos ver, antes de que termine el periodo de la presente Administración de Gobierno en Washington, tanto la prohibición de escuelas privadas como escuelas impartidas en el hogar (home school). Este movimiento podría intentar remover cualquier enfoque educacional independiente de la filosofía del Estado. Más y más, a través de incursiones sutiles de manipulación engañosa, el gobierno Federal está haciendo requerimientos mandatarios que eventualmente erradicarán tales tipos de escuelas. Si el Estado observa todas las formas de edificación bajo su toldo protector, esto eventualmente podría incluir las Escuelas Dominicales asociadas con la iglesia. Estas también serían vistas como adversas para el Estado. Algunos precursores de tales cambios pueden ser vistos a través de los deseos de la presente Administración de Gobierno al querer forzar que todas las escuelas sean acreditadas por el gobierno Federal.

¿Cuándo se asumirá dicho cambio en la educación? ¿Acaso tendrá el gobierno federal que hacer a un lado su necesidad de “seguridad nacional” para llevar a cabo esto? ¿Incluirá esta seguridad nacional la necesidad de supervisar los programas educativos para observar si se está enseñando algo que pueda ir en contra de la “rectitud política” del Estado? ¿Podría tal intrusión convertirse en una enfermedad amenazante que conlleve a la necesidad de cerrar escuelas por cuestiones de seguridad de la salud del Estado? A cambio de ello, al reabrir nuevas escuelas, ¿se implementarían nuevas guías a seguir con personal médico señalado para llevar a cabo examinaciones en periodos regulares? ¿Incluiría esto entonces, cuestionamientos privados periódicamente a los niños, con respecto en cómo el hogar y la escuela están manejando la disciplina y los aspectos morales? Todos estos escenarios han sido discutidos durante largo tiempo por nuestro gobierno. Si se convierte en una ley el hecho que todas las escuelas tengan que ser acreditadas, tal acreditación podría ser forzada bajo la apariencia de “educación de calidad”, con reglas implementadas a seguir que asegurarán que la “rectitud política” sea la presuposición de todo programa educativo utilizado para enseñar. ¿Serán forzadas todas las formas de educación a estar bajo el toldo del Estado con el propósito de controlar lo que se está enseñando? ¿Incluiría este movimiento el tener que cerrar sutilmente todas las escuelas de las iglesias al implementar el pago de impuestos sobre la escuela misma, y que ya no sea vista como parte de la iglesia? Así que, con la carga de los impuestos ¿podrían continuar las escuelas pequeñas funcionando brindando educación? Si, las conversaciones a puerta cerrada están llevándose a cabo para que los cambios vengan pronto, muy pronto.

Los Poderes de la “Rectitud Política”

El concepto de “rectitud política” es aquella arma del Estado y de los medios de comunicación de nuestros tiempos que buscan restringir cualquier expresión alternativa a aquellas que son presentadas por el poder controlador. En nuestros días es claramente evidente que la “rectitud política” solamente tolerará aquellos puntos de vista que expresen su misma manera de pensar, y definitivamente no permitirá espacio para ninguna expresión de pensamiento que sea contrario a lo aceptado por el Estado. Esta “rectitud” ha dado un paso al frente como perro guardián para declarar cuáles ideas son “correctas” y cuáles son “incorrectas”. Entonces, a través de la intimidación o de “política pública” esta trata de acallar y suprimir lo que se considera como incorrecto. Esta ideología forzada y en ocasiones intimidante llega a través de la creencia que tales restricciones de discurso son para el bien de la sociedad. Se promueve para ser aquello que elimina el prejuicio.

Jerry Adler dijo lo siguiente en “Siendo Ofendido” (Taking Offense - revista Newsweek, Diciembre 24, 1990):

[No es] suficiente para un estudiante refrenarse de insultar a los homosexuales o a cualquier otra minoría. Se esperaría que el o ella “aprobaran” la presencia de ellos en el campus y que estudiaran su literatura a la par de Platón, Shakespeare, y Locke. Esta agenda es ampliamente compartida por la mayoría de las organizaciones de estudiantes de minoría, feministas, y homosexuales.

En la población activa hoy en día, si uno ve en contra de la “rectitud política”, con frecuencia se le requiere que tome “entrenamiento sensitivo” provisto ya sea por la escuela o por la compañía. Tal entrenamiento busca corregir los pensamientos e ideas del individuo ofensor. La verdadera agenda de tal “entrenamiento en sensibilidad” es la re-orientación del individuo hacia la definición en masa de la “rectitud política”.

En este punto, en los Estados Unidos un individuo puede ser llevado a corte por haber cometido alguna acción en contra de la ley. Sin embargo, ya estamos cruzando el umbral donde una persona puede ser llevada a corte debido a sus pensamientos o conciencia. El podría ser aprisionado por no “pensar” correctamente de acuerdo al Estado o por tener una conciencia educada de manera diferente. Tal individuo será forzado a tomar un “entrenamiento de sensibilidad” para re-educar su conciencia y su pensamiento con el propósito de “conformarlo” al pensamiento de la “Rectitud Política”. Una cosa es “tolerar” la existencia del mal que el Estado ha legalizado; pero otra cosa es cuando somos forzados a creer y a reconocer que “todo está bien” con tal pecado o tal inmoralidad.

En 1979, Ray Bradbury publicó el libro Fahrenheit 451. Dentro de sus declaraciones finales de su libro, aparecen las siguientes palabras:

El punto es obvio. Hay más de una manera de quemar un libro. Y el mundo está lleno de gente corriendo con cerillos encendidos. Cada minoría, sea Bautista, Unitariana, Isis, Italiana, Octogenariana, Budista Zen, Zionista, Adventista del Séptimo Día, Liberación de la Mujer, Republicana, Evangelio de Cuatro Cuadros, siente que tiene la voluntad, el derecho, la obligación de sofocar el keroseno, encender la mecha. . . Beatty, el Capitán-Fuego en mi novela Fahrenheit 451, describió cómo los libros eran quemados, primero por las minorías, cada uno arrancando hojas o párrafos de los libros, hasta el día en que los libros estaban vacíos y las mentes cerradas y las librerías cerradas para siempre.

Uno puede preguntarse por qué es que Badbury tituló de tal manera su libro: ¡es a los 451°F que el papel arde! ¿De qué tenía tanto miedo Bradbury? Era su predicción que vendría una generación que quemaría los libros para ocultar la verdad.

Ahora estamos sintiendo los poderes para suprimir pensamientos y palabras antes de ser habladas o escritas. En años recientes, ha existido únicamente un solo libro que ha sido prohibido por el gobierno Federal en todas las escuelas de Estados Unidos — la Biblia. Es más aborrecida que cualquier otro libro. Este libro va en contra de la “rectitud política” del Estado, incluyendo su inmoralidad. Por lo tanto, no solo está prohibido en las escuelas, sino también, en espíritu, en toda la sociedad.

Con un otorgamiento de poderes más grande de la “rectitud política” en los últimos 100 días, debemos prepararnos para lo que viene más adelante. Miraremos la “rectitud política” incrementándose abundantemente en las escuelas públicas (o dicho de una manera más apropiada, escuelas de gobierno), en lugares privados de trabajo, y aun en la iglesias de Estados Unidos. Con frecuencia se presenta aparentando sofocar varias formas de discriminación, pero al contrario, se ha convertido en algo fuertemente discriminatorio y censurador a todo aquello que rete la política social del gobierno.

Aunque la “rectitud política” comenzó dentro de los colegios y universidades en Estados Unidos, se ha extendido en sus variadas formas a través de los medios de comunicación públicos. Una vez que un grupo toma el timón del poder político para excluir a otros, ya sea que tal grupo se identifique con la suástica (cruz gamada de los Nazis), o con el martillo y la hoz, o con un símbolo de paz, o con una Biblia, entonces los no-conformistas se convierten en desechados y bandidos. Tanto el habla como la conducta en la cultura general de los Estados Unidos están siendo puestos bajo escrutinio de la “rectitud política”. La libertad de expresión desaparecerá en este país en un futuro cercano. Cualquier forma de expresión que sea clasificada por la “rectitud política” como insultante o que provoca violencia con respecto a la raza, color, credo, religión, género, o estilo de vida, será silenciada.

Que Dios nos habilite para mantenernos en la verdad bíblica al tiempo que la “rectitud política” se esfuerza por todos los medios para alejarnos de ella, amenazándonos por nuestros empleos, nuestras posiciones en la vida, nuestra aceptación en la sociedad, o nuestros mismos cuerpos físicamente. La Biblia predijo que tales días habrían de venir; debemos estar listos para enfrentar esto cualquiera que sea el costo. Que Dios nos ayude en la hora de la prueba a permanecer “bíblicamente rectos” antes que “políticamente rectos”.