Volumen 38 | Número 4 | Julio–Octubre
2010

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Post Fundamentalismo: La Avanzada Final del Fundamentalismo—2da. Parte


By Dr. H. T. Spence

Históricamente, el Fundamentalismo ha sido el bastión y fortaleza del Remanente durante muchas décadas hasta el día de hoy. Ha sido el arma de Dios para confrontar a los Liberales, a los Modernistas, a los Romanistas, y aun al Neo-Evangelicalismo. Desde finales de 1970’s, hemos observado una creciente tendencia dentro de sus organizaciones que sutilmente ha carcomido su voto Nazareo delante de Dios. Debemos preguntar si el Fundamentalismo hoy en día, como Sansón, se ha quedado dormido sobre las rodillas de la mundana Dalila con los barberos del Neo-Cristianismo que están cortando sus guedejas (aquellas peculiaridades señaladas por Dios que han sido las evidencias de la presencia de Dios y de Su unción). El Fundamentalismo ha puesto sus ojos sobre las señales visibles de grandes iglesias, más dinero, menos estándares, y mayor coqueteo con el mundo y sus seducciones. Si, ya sea que queramos o no reconocerlo, el Fundamentalismo ha cambiado, y sus cambios están siendo cada vez más drásticos. Como resultado de ello, estamos tendiendo nuestras tiendas en el campamento de los Neo-Evangélicos. No existe línea de demarcación entre nuestros términos, porque no existe una verdadera distinción entre nuestras creencias y nuestras prácticas.

Fundamentalismo del Pasado y del Presente

Las raíces históricas del Fundamentalismo bíblico son aun reconocidas por teólogos liberales, como Kirsopp Lake:

Fundamentalismo es virtualmente sinónimo de Cristianismo Orto-doxo. Es un error, con frecuencia cometido por personas educadas, quienes a su vez cuentan con muy poco conocimiento de teología histórica, suponer que el Fundamentalismo es una nueva y extraña forma de pensamiento: No es nada de ello: es la sobrevivencia de una teología que en una ocasión fue universalmente practicada por todos los cristianos. . . . Puede que el Fundamentalista esté equivocado; yo creo que lo está, pero somos nosotros los que hemos abandonado tal tradición, no él, y lamento mucho el destino de cualquiera que intente discutir con un Fundamentalista sobre las bases de autoridad. La Biblia y el corpus theologicum de la Iglesia están del lado del Fundamentalista.

Debe reconocerse claramente que el corazón de la creencia doctrinal del Fundamentalismo es el verdadero Cristianismo de la Iglesia Primitiva. El Liberalismo, el Modernismo, y los Neo-movimientos dentro del Cristianismo, todos ellos han formado parte del abandono de la raíz y fuente del Cristianismo bíblico. Este es un asunto que ellos reconocen fácilmente.

El Fundamentalismo comenzó a mediados de los 1800’s como un movimiento “puritano” dentro de las principales corrientes denominacionales, como una esperanza de hacer volver esas denominaciones al legado del Cristianismo histórico. Esta esperanza falló debido a que las denominaciones habían ido muy profundo en la apostasía. Como resultado de ello, solamente existía una cosa bíblicamente por hacer: estos puritanos se separaron de la apostasía de la iglesia institucional. Fue en este tiempo que el Fundamentalismo se convirtió en un movimiento separatista de la apostasía.

Cuando los Neo-Evangélicos dejaron formalmente el movimiento Fundamentalista en 1948, se apropiaron del término Evangélicos y descartaron el término Fundamentalista. Esta separación hizo aun más clara la posición separatista del verdadero Fundamentalismo. Trágicamente, ahora los Fundamentalistas están cambiando aun la mismísima estructura del Fundamentalismo; una nueva “clase” de Fundamentalistas cree que necesitamos convertirnos en más compatibles con los Neo-Evangélicos. Esta nueva “clase” de hombres jóvenes tiene hambre de riqueza, prestigio, y música y adoración mundana que tales Neo-Evangélicos han tenido por siempre. Estos jóvenes están adaptando sus iglesias a lo neo, al mismo tiempo que están presionando al remanente del verdadero Fundamentalismo, ya sea para que se conformen a ellos o para que abandonen el Fundamentalismo.

En el Fundamentalismo, ha surgido una rama del Calvinismo que está eliminando los estándares y principios, debido a que aborrecen la separación personal. Debemos darnos cuenta que Juan Calvino detectó el problema de la paradoja, y miró la necesidad de la responsabilidad humana. Pero intelectualmente, la soberanía tiene su único recurso y conclusión. Él esperaba que quizá las futuras generaciones pudieran explicarlo. En medio de todas las alturas intelectuales del Calvinismo, la mayoría de los Calvinistas nunca han sido llevados a las más elevadas alturas espirituales, lo que se conoce como la “Crema y Nata de la Teología”, el corazón mismo de toda teología: amar a Dios por sobre todas las cosas, con el corazón. El Calvinismo es una teología intelectual, no del corazón.

El Evangelio de las Escrituras es absolutamente perfecto y balanceado; no es un sistema teológico. Ya estaba en existencia antes que cualquier hombre viniese y lo sistematizara. Los Hombres fieles no son simplemente hombres que son fieles en labor y disciplina; los hombres fieles son aquellos fieles del corazón y con su vida lo demuestran, sirviendo a Dios con su corazón. A ellos pertenece el clamor de la Sulamita: “¿Habéis visto al que ama mi alma?”. Esta es la Crema y Nata de la Teología.

Mientras que los “infieles” están ahora cambiando la Palabra de Dios y el mensaje del Evangelio, debe necesariamente existir un remanente para la siguiente generación que permanezca fiel al mensaje sin creer que el mensaje necesita ser cambiado para hacerlo relevante según su generación. Cada vez estamos en mayor necesidad de escuelas que pertenezcan al remanente—no escuelas dadas a la promoción de sistemas teológicos—escuelas que estén dedicadas a la Palabra Pura de Dios. Debemos estar siempre buscando “hombres fieles” de corazón, de mente, de vida, y de amor para Dios. Los soldados de la Marina son conocidos por su tema logo: Semper Fi, que es una abreviación de Semper Fidelis, “Siempre Fieles”. Esto no significa algunas veces fieles, o fieles según las circunstancias, o fieles si las condiciones son favorables—al contrario, esto proclama “Siempre Fieles”.

El Remanente de los Tiempos Postreros

En las Escrituras encontramos 4 conceptos para los tiempos postreros. Dos de ellos, son desde la perspectiva histórica, y los otros dos son evidentes para el futuro.

Escatología (la doctrina o enseñanzas de los eschatos o últimas cosas), es un término que se ha vuelto prominente en nuestros días. Dependiendo de las creencias escatológicas del individuo, estos “tiempos postreros” podrían incluir más de mil años (incluyendo los eventos que conducen a la Tribulación, el periodo de la Tribulación, y el tiempo del Milenio). Aunque el término teológico Escatología específicamente trata con los asuntos y eventos que culminarán el tiempo del fin de las eras, existen otros dos periodos en la historia bíblica en donde hubo un fin de las cosas, y un cambio de ellas. Cada final del tiempo ha tenido características similares.

Todos los 4 conceptos terminan en apostasía, según la Biblia. Al mismo tiempo, todos ellos tienen un remanente marcado por Dios para el fin de cada era. Esto debe ser observado cuidadosamente según nuestro entendimiento acerca del remanente de los Últimos Días, ya que buscamos principios y patrones que nos guíen en nuestra propia generación.

Cuatro “Fin de los Tiempos” en las Escrituras

1. El Diluvio

El primer concepto de fin de los tiempos se llevó a cabo en Génesis 6, en los días de Noé. De hecho, el Señor Jesucristo, en el Discurso de los Olivos, tomó información de los días de Noé como una señal de otro fin de tiempos. En Génesis 6, Dios declaró “120 años”. Eso fue el fin del tiempo para Noé, y duró 120 años. Dios no ha sido así de específico con nosotros; pero si lo fue con Noé. Ese hombre conoció su escatología antes del fin de su era. El también conoció exactamente cuánto tiempo habría de durar ese “fin del tiempo”—120 años. Pero, ¿Qué fue lo que conllevó a este fin del tiempo?

La salvación y la espiritualidad son dadas únicamente de manera individual, no a las masas; cada hombre tendrá que pararse a solas delante de Dios. Los primeros 5 capítulos de Génesis están dedicados a personas de manera individual. Dos líneas de humanidad son evidentes debido a sus caminos piadosos o impíos; estas dos genealogías son inicialmente vistas en las personas de Caín y de Set. En el curso del tiempo, el hombre comenzó a multiplicarse sobre la faz de la tierra. La longevidad del periodo de vida del hombre fácilmente pudo haber producido una población mundial de alrededor de decenas de miles de millones.

Leemos acerca de una moral perversa que se llevó a cabo con el incremento de la gente. ¡Algo había sucedido! Donde Dios había colocado inicialmente un odio (Génesis 3:15) entre dos simientes, ese odio había desaparecido. Por el contrario, el piadoso comenzó a ser atraído hacia lo impío. En Génesis 5, la genealogía piadosa estaba creciendo en piedad: Enoc, el séptimo desde Adán, caminó con Dios; él nos da cierto discernimiento acerca de cómo era. Él agradó a Dios; caminó con Dios; y fue transpuesto. Aun así, de acuerdo a Judas 14, 15, la impiedad estaba creciendo durante el tiempo de Enoc, y él estaba observando esta impiedad incrementándose enormemente durante su generación. ¿Era esta impiedad simplemente en la genealogía impía, o se estaba llevando a cabo también en la genealogía piadosa?

Para los tiempos de Noé, la genealogía piadosa ya no tenía el deseo de ser espiritual; había nacido un hambre por las cosas de la carne. Su apetito por la carne los guió a tomar esposas “escogiendo entre todas”. (Cuando el piadoso empieza a mirar a los impíos, es en ese momento cuando la carne y el Espíritu intentan unirse dialécticamente. Después de pasado cierto tiempo, cuando las simientes estén muy mezcladas, entonces una generación de cambio habrá de llegar). En los días de Noé, todos los pecados de la carne habían recorrido todo su espectro; la frontera final, la apostasía de la moralidad, había permeado toda la tierra. La carne se había convertido en el factor dominante de la humanidad (Génesis 6:3, 12, 17). La verdad acerca de la familia, acerca del matrimonio, acerca de la piedad, acerca del verdadero Dios, acerca del cuerpo y del propósito del cuerpo, todo ello se volvió absolutamente corrompido. Un Dios suplicante estableció 120 años para que Su Espíritu convenciera, reprendiera, y trabajase con el hombre. No obstante, una vez que la apostasía se lleva a cabo en la vida de la persona, o de la gente, o de una nación, o del mundo, ya no hay antídoto en contra de ella—¡excepto el juicio! Por lo tanto, en aquel tiempo, Dios juzgó “toda carne”.

Sin embargo, ahí había un remanente bajo el liderazgo del piadoso Noé. Él era esa simiente santa, ese remanente muy pequeño, quien se mantuvo con una sola esposa, en tiempos de apostasía en los matrimonios, en los cuales la poligamia era algo común. Noé caminó con Dios; él era perfecto en su generación; Noé fue un hombre justo. El fue un pregonero de justicia. ¡Y Dios se acordó de él! Él perteneció a ese remanente que Dios conservó, quien preparó un arca para salvar a su familia, en el fin de su tiempo. No existió un avivamiento para ese mundo, pero si existió un avivamiento entre ese remanente.

2. Los Años de Silencio Inter-Testamentarios

Un segundo fin del tiempo bíblico sucedió al final del Antiguo Testamento. Después de los 70 años de cautiverio babilónico, aproximadamente 50,000 Judíos regresaron a Jerusalén bajo el liderazgo de Zorobabel. Se nos dice que el Espíritu de Dios despertó a estos para que llevaran a cabo el retorno mientras que la gran mayoría de los Judíos se quedó en Babilonia, en sus casas ya establecidas, al igual que sus negocios. Después de 15 años de haber terminado los cimientos del Templo, este remanente que vivía en Jerusalén, sucumbió al miedo y la apatía. Entonces, inmediatamente Dios levantó a Hageo y a Zacarías para que les predicaran en pos de un avivamiento para que pudieran terminar la Casa de Dios.

Menos 100 años después, Esdras regresó para establecer la Palabra de Dios entre el remanente en Jerusalén, entre la segunda y tercera generación. Esdras tuvo que dirigirse a la mezcla de sus simientes con las simientes impías; como resultado de ello, se llevó a cabo un avivamiento y los Judíos se arrepintieron con todo su corazón y se separaron. Entonces, cuando Nehemías vino hacia el remanente, los muros y puertas de la ciudad necesitaban ser construidos; Nehemías, con una tenacidad celestial, los lideró para que completaran la obra.

Durante los años en los cuales Nehemías regresó al rey de Persia, los Judíos regresaron en sus cortejos para con los impíos. Cuando Nehemías volvió, trató duramente este asunto con ellos; tristemente, ya no había evidencias de avivamiento. El profeta Malaquías, nos da la última escena de la tercera y cuarta generación de ese remanente: ellos se habían convertido en un pueblo que contradecían fuertemente a Dios. Esta es la última escena del pueblo de Dios antes del oscurantismo en la historia bíblica que se llevó a cabo. La apostasía religiosa ya se había llevado a cabo, y ya no hubo ningún avivamiento. Cuando Dios trajo los cambios en contra de su pueblo, las palabras de ellos fueron tenaces, agresivas, violentas, y desafiantes. La reverencia fue notablemente ausente. El pueblo de Israel clamó delante de Dios, “¡No somos culpables!”.

Aun entre este grupo impío, ahí se encontraba un pequeño remanente:

Entonces los que temían a Jehová hablaron cada uno a su compañero; y Jehová escuchó y oyó, y fue escrito libro de memoria delante de él para los que temen a Jehová, y para los que piensan en su nombre. Y serán para mí especial tesoro, ha dicho Jehová de los ejércitos, en el día en que yo actúe; y los perdonaré, como el hombre que perdona a su hijo que le sirve. Entonces os volveréis, y discerniréis la diferencia entre el justo y el malo, entre el que sirve a Dios y el que no le sirve (Malaquías 3:16–18).

Este era el remanente al final de la historia del Antiguo Testamento, antes de entrar al oscuro periodo del silencio de Dios para con Su pueblo durante 400 años.

3. La “Última Semana” de Daniel

Antes de iniciar con este tercer final del tiempo, consideremos el cuarto, la culminación de la “Última Semana” de Daniel. Esta “Última Semana” es el tiempo en el cual los Judíos llegarán a su máxima apostasía y engaño:

Setenta semanas están deter-minadas sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad, para terminar la prevaricación, y poner fin al pecado, y expiar la iniquidad, para traer la justicia perdurable, y sellar la visión y la profecía, y ungir al Santo de los santos (Daniel 9:24).

La apostasía de la nación Judía no será completada hasta que las 70 semanas (o 490 años) sean completadas. Los últimos 7 años no se han llevado a cabo todavía, por lo tanto, su apostasía todavía no llega a su clímax. Las 69 semanas de años han abarcaron los años de silencio entre el Antiguo y Nuevo Testamento, y concluyó con la crucifixión del Mesías. Ya sea que las 69 semanas nos guiaron a la primer venida de Cristo, la última semana (o 7 años) nos guía a la segunda venida de Cristo para el Judío (Apocalipsis 19). Estas semanas culminan con el Anticristo haciendo un pacto con la nación Judía. Esta será la peor hora de la historia de los Judíos. Habiendo crucificado a su Mesías, ellos aceptarán al Anticristo como su Mesías. Este será el fin de los pecados, el tiempo de angustia para Jacob (Jeremías 30:7).

No obstante, existirá un remanente que se volverá a Dios durante los últimos 3 ½ de la “Última Semana” de Daniel. Ese remanente estará viviendo en el fin del tiempo de esas semanas que culminarán la apostasía de la nación Judía.

4. Los Postreros Días

Nosotros estamos viviendo en el tercer “fin del tiempo”. Cristo declaró que el Fin del Tiempo de los Postreros Días será como los días de Noé. ¿Cómo habrán de llevarse a cabo estos Postreros Días?

Aunque la Reforma fue de gran influencia en teología, lo mismo que en muchas áreas externas de la vida, quizá el movimiento más grande espiritualmente hablando que Dios inició fue en los 1700’s. Este fue un movimiento de “corazón” que Dios llevó a cabo entre Su remanente. La iglesia visible estaba en gran libertinaje, entregada a un tipo de vida en apariencia, con muy poca o nada de consciencia de Dios en el corazón. Este movimiento de Dios completó el otro lado de la paradoja que había sido establecido con las doctrinas de la Reforma (tanto de la primera como de la segunda generación). Las enseñanzas de la Reforma enfatizaron a Cristo y Su salvación; era necesario que estas verdades fuesen establecidas antes de desarrollar los detalles de la vida Cristiana. Los detalles acerca de las respuestas a Dios se llevaron a cabo durante el tiempo del Gran Despertamiento en Estados Unidos, y del Gran Avivamiento Evangélico en Inglaterra. Como muchas áreas de la vida se movían en dirección del periodo “clásico” (e.g. la música, arquitectura, literatura), Dios comenzó a moverse dentro de un Cristianismo clásico que pudiera llevar a los hombres a una visión más profunda de la santidad y pureza de corazón.

La Reforma nos llevó de regreso a los Fundamentos de la Fe Cristiana, pero el periodo de Avivamiento nos llevó a una vida llena de finos detalles en el caminar con Dios, y un mayor discernimiento personal, lo mismo que una comunión íntima con el Señor. Hombres de varios trasfondos teológicos estaban predicando y escribiendo acerca de la “Perfección Cristiana”. La sencilla definición que ellos daban era: “Amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas” (Deut. 6:5). Si, era el llamado a conocer y vivir el mandamiento más grande, ya que ellos creían que el poder redentor de Cristo podía hacer este mandamiento dentro del corazón del cristiano. Simultáneamente, este también fue el tiempo del inicio de las aventuras misioneras hacia la India, China, Japón, y casi todo el Oriente. Este movimiento de Dios continuó hasta la primer parte de los 1800’s.

A mediados de los 1800’s, Satanás se movió grandemente en contra de este movimiento espiritual que venía del Señor, dando lugar al nacimiento simultáneo del Unitarianismo, del Liberalismo, y del Modernismo, productos de la comunidad Protestante. Este fue el ataque más grande en contra de la Biblia, aun peor que Roma misma. También fue durante este tiempo que las sectas fueron fundadas a la par del surgimiento de la teoría de la Evolución y de la educación progresiva.

En ese tiempo, Dios levantó el movimiento del Fundamentalismo dentro de diferentes denominaciones, las cuales estaban cambiando sus estándares, usando hombres que predicaron fuertemente la necesidad de volver atrás al legado de la Verdad y de las claras doctrinas de las Escrituras. Estos hombres comenzaron como puritanos dentro de sus denominaciones que estaban decayendo espiritualmente, pero el tiempo comprobó la imperativa necesidad de la separación de tales denominaciones, con el propósito de proteger sus propias vidas y el mensaje del Evangelio, evitando ser contaminados y corrompidos.

Fue durante este periodo del colapso del Protestantismo y del nacimiento del Fundamentalismo, que Dios le dio otro regalo al Remanente, a los santos para que se preparasen para la gran manifestación de Dios a través de Su Hijo—una gran claridad con respecto a Su Segunda Venida. Estaremos observando esta revelación de la Palabra de Dios para los Fundamentalistas en nuestro siguiente artículo.

Oh, cuán lejos hemos caído de la senda espiritual de vivir por Cristo en estos días en los cuales el Fundamentalismo tiene sus ojos sobre el evangelismo más que en la preparación de los santos para la venida secreta de Cristo. Que el Espíritu Santo de Dios nos despierte, no solamente según las señales de los Judíos, o Palestina, o de las naciones, sino también en el abandono de la fe de la Iglesia, dándonos cuenta que solamente un remanente estará listo para la venida de Cristo en la nubes.