Volumen 31 | Número 1 | Enero 2003

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En esta edición:

¿Por qué esta Publicación es llamada INMEDIATAMENTE?


By Dr. H. T. Spence

En el año de 1973, mi querido padre, el Dr O. Talmadge Spence (Quien se fue a la presencia de Señor en Julio del año 2000), comenzó esta publicación titulada Inmediatamente. Él tomó esta palabra de Marcos 1:18 que dice: “Y dejando luego sus redes, le siguieron”. En este contexto, el comentario de Marcos acerca de dos de los discípulos del Señor presenta la calidad del tono de su libro como parte del cuarteto harmonioso de los Evangelios. El Evangelio de Marcos presenta a Cristo como “el Obrero Poderoso”, más que como “el Maestro”, tal como es presentado en el libro de Mateo. Marcos escribió su Evangelio para los Romanos, una gente muy ocupada, viviendo siempre de prisa, trabajando para la causa del Imperio. A través del Espíritu Santo, Marcos escribió con este tema, la actividad de Cristo, el “Siervo de Jehová”. La palabra característica de Marcos en el lenguaje Griego es “euthus”, que es traducido como “inmediatamente”, “al instante”, “en seguida”, “luego”, “al momento”, y “muy pronto”. Él utiliza este término en 42 ocasiones en su Evangelio. Note los versículos 10, 12, 18, 20, 21, 28, 29, 30, 31, 42, 43, en el primer capítulo de su libro. Todos estos versículos muestran la tan ocupada actividad del libro.

En la realidad de la verdad bíblica, Marcos 1:18 es el comentario de todo siervo genuino del Señor. Cuando el cristiano observa la depravada galería de filosofías, la desesperanza y los océanos oscuros de la vida, le anima el habitar en la absoluta verdad de Dios. El pecador no tiene esperanza en sus redes inventadas en el mundo. El trata interminablemente, a través de su vocación de pecado manchada desde su nacimiento (“cada cual se apartó por su camino”), cosechar algo mejor que aquello que el mismo ha sembrado. El ciclo diario y sin sentido de salir fuera con redes hechas de trapos de inmundicia, y regresar con un alma vacía, no tiene esperanza para la eternidad. ¡Qué vida tan infructífera por vivir!

¡Pero gracias a Dios! Un día mientras estábamos remendando nuestras débiles redes, Cristo vino y extendió Su llamado, “Venid en pos de mí, y haré que seáis pescadores de hombres” (Marcos 1:17). Mientras permanecíamos en nuestras contaminaciones, mientras que permanecíamos “en” pecado, Él vino y dijo, “Vive”. “Y luego”, inmediatamente, instantáneamente, el Señor salvó nuestra alma convicta y arrepentida. ¡Esto se llevó a cabo en un segundo! ¡Gracias a Dios por la experiencia del Nuevo Nacimiento!

Pero este pequeño versículo cargado de verdad, tiene más que decir acerca de los dos discípulos: “…dejando sus redes”. ¡Este es el propósito de la salvación! No solo el salvarnos “en” pecado, sino también salvarnos “del” pecado. Nosotros debemos “dejar las redes”, despojándonos de “todo peso, y del pecado que nos asedia” (Hebreos 12:1), y para “salid de en medio de ellos” (II Corintios 6:17). Esa es la única manera en la cual podemos seguir a Cristo sin reserva alguna: “Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame” (Lucas 9:23). Nosotros hacemos nuestro “éxodo” durante nuestra inmediata conversión, y Egipto debe ser dejado atrás, abandonado, negado y olvidado. Todos hemos sido comprados por un precio, redimidos, y ya no nos pertenecemos más a nosotros mismos; hemos sido hechos siervos, obreros, trabajadores de tiempo completo en el Reino de Dios.

Usted notará en Lucas 5 que por alguna razón, Pedro regresó a la pesca. El ya había dejado sus redes y sus barcas en alguna ocasión, pero él no se había vendido por completo al Señor. El negocio de la redes se había apoderado de su vida una vez más. Cristo tuvo que venir por él de nuevo, y una vez más en Lucas 5:11 leemos: “…dejándolo todo, le siguieron”. Pedro permaneció con Cristo hasta la cruz. Pero de nuevo, en Juan 21 encontramos a Pedro de nuevo en el negocio de la pesca. Parece ser que su problema estaba en el dejar. Oh qué retrato tan triste de muchos siervos que han sido llamados por el Señor. Tome en consideración este ejemplo, mi amigo. Deje todo, y continúe olvidando todo por Cristo. ¡Deje las redes y no regrese a ellas!

Que Dios bendiga, conserve y preserve nuestras vidas hasta el día de Su Venida, o hasta el día que Él nos llame a través de la muerte. Que INMEDIATAMENTE> olvidemos este mundo y lo que él pueda ofrecernos; ¡deje todo para Su gloria! Entonces, que podamos seguir INMEDIATAMENTE> a nuestro Salvador plenamente, todos los días de nuestras vidas.